Philip Holmes. Nació en Inglaterra y estudió en las Universidades de Oxford y Southampton. Profesor de Mecánica e Ingeniería Aeroespacial y Matemática Aplicada y Computacional. Miembro Emérito del Instituto de Neurociencias. Miembro de la Academia Americana de Artes y Ciencias, y Miembro extranjero de la Academia de Ciencias de Hungría. Obtuvo una Beca Guggenheim. Ha publicado 4 colecciones de poemas y es coautor de más de 250 trabajos científicos.
Química matemática Lord Kelvin pensó que los nudos podían hablar. por todos los elementos, cada átomo teniendo su fina trenza única: un concepto elegante; lastimosamente equivocado. Estamos muy enamorados con la teoría, fórmulas que cierran tan cuidadosamente sobre sí mismos, tejiendo plausibles conjeturas, y siendo la mayor parte de lo que sabemos. Mientras tanto, el mundo sigue girando, invisible, inaudible. ¿Fue la suerte que llevó a Peter Tait a clasificar, contar cruces y hacer las hebras de una disciplina abstracta, tal vez un juego? Porque ocurre que los nudos son correctos, en parte, y, reconocidos o no, apuntan nuestras mentes a los espirales íntimos y sumas de ADN. Traducción: Colette Capriles *** Mathematical Chemistry Lord Kelvin thought that knots might speak for all the elements, each atom having its unique fine braid: an elegant conceit; alas, entirely wrong. We are in love too much with theory, formulae that close so neatly on themselves, spinning plausible conjectures, and being most of what we know. Meanwhile the world rolls by, unseen, inaudible. Was it serendipity drew Peter Tait to classify, count crossings and make the strands of an abstract discipline, perhaps a game? For as it happens, knots are right, in part, and, recognized or not, they point our minds to the intimate coils and sums of DNA