He dejado escapar al pez de la red en la que estaba prisionero. Como no parecía estar a gusto le he dado libertad. Las olas resuenan en la quilla del bote como palmadas. La embarcación se balancea estoy preocupado la mente cargada de ideas que debería escribir de pequeñas ranas y lagartos también y de todo lo que habría de hacer ahora que he puesto mis propósitos sobre la mesa pero no se hacerlo ni puedo estoy triste: Sol, no nos dejes encendemos fuegos en las orillas y te invocamos: Sol no nos dejes. Los pájaros ven amanecer antes que nosotros viven más arriba, en lo alto y llegará un verano en que el sol brillará sólo para los pájaros. Este es el verano que estoy esperando. Traducción: Aida Prescilla