María Teresa Ogliastri, nació en Los Teques, Venezuela (1952) y vive en Caracas. Licenciada en Filosofía, Universidad Central de Venezuela. Ha participado como invitada en festivales de poesía en algunos países de América Latina. Autora de los libros de poesía: Cola de Plata, Editorial Universidad Central de Venezuela, 1994; Nosotros los Inmortales, Horizonte 21 Editores, 1997; Brotes de Alfalfa, Editorial El Pez Soluble, 2007; Polo Sur, Editorial Clío & Afrodita, 2008; Del diario de la Señora Mao, B&C Editor, 2011; El largo adiós, 2019 (inédito) y Alambique, antología publicada por la Editorial El Taller Blanco, 2019. Su libro Polo Sur fue traducido al inglés por la Editorial Settlement House, Washington D.C., 2011. Actualmente se desempeña como profesora en la Escuela de Filosofía de la Universidad Central de Venezuela.
LA LUPA DE MI PADRE Olvidaste la lupa sobre los mapas ese adminículo cristalino regaló palabras al ciego quiero reparar ese olvido y acercarte la serenidad de tu Biblia cruzando las serpientes de agua la pista un sueño roto de infancia las huellas apuntan hacia el Polo Sur bajo el amparo de mis deidades hallaré tu morada en el hielo LA PRIMERA MENTIRA Vivíamos en Caripe del Guácharo una casa de campo con corredores de orquídeas y árboles frutales todas las tardes mi madre preparaba el incienso para ahuyentar a los murciélagos juntas cerrábamos las ventanas y recorríamos la casa con el anafre encendido impregnando las oscuras habitaciones con el humo que despedían los granos de café y las hojas de eucalipto Pasábamos por una mala racha padre había hipotecado su alma en la construcción de unos corrales para criar pollos Con la lluvia llegó la peste no hubo manera de salvarlos los pollos convulsionaban y destrozaban sus cabezas contra el alambre Tú que no recuerdas ahora te digo: ese día ustedes discutieron sobre perder la casa ¿podía una niña detener a dos gladiadores enfrentados? Para separarles fingí un espasmo arrojándome al piso como un ave enferma -Me picó un murciélago ¿dónde está la mordida? Preguntabas No encontraron ninguna marca en mi cuello Ahora que estás sobre el lecho de muerte humedezco tus labios con esta gasa y te pido perdón Esa fue mi primera mentira LA RATA DEL TEMPLO Una rata blanca y nutrida recorrió el laberinto inesperada insatisfecha un mago sin capa siempre venía por la espalda robaba mis ideas mis escritos polizón por las grietas de la psiquis mi sombra coloqué el veneno en un trozo de pan y cerré la entrada a la cueva no sabía que ella significaba abundancia el crimen desató el hambre el ser caníbal la gente a mi lado se llevaba un mordisco completo aprendí a orinar contra la luna a roer metales por eso ataqué a la cabra y dejé su cabeza seca RACIONAMIENTO En la fila una mujer grita llegó harina pienso en panecillos horneados poco después oigo solo queda arroz pero mi alegría es vana van a sacar azúcar ¡oh! milagro esperaré escucho palabras en rebote se acabó la azúcar la fila comienza a deshacerse persisto algo van a sacar más tarde al final una mano me entrega un pollo salgo de allí con mi tesoro en una librería cercana un amigo se atreve a leerme un poema largo el poeta no sabe por qué me despido lo prosaico de mi huida me hace sentir culpable hay que vivir en un país con hambre para entender cómo se puede romper la simetría de un poema por un ligero goteo de vísceras y sangre MISERICORDIA Hoy mi padre perdió el juicio comenzó a lanzar amenazas armado con su bastón olvida que hace diez años vivimos juntos llamo a la puerta de mi vecina hay que internarlo llega la ambulancia al entrar los hombres de blanco ve ángeles -Mi hija quiere envenenarme atravesamos el jardín de la clínica ruega que no lo deje -Me voy a portar bien quiero irme para la casa cuando me despido decido no mirar atrás pienso en la mesada para comprar libros en la canoa de madera ahumada donde viajé al Polo Sur aunque me resisto la mano de la misericordia me hace volver la cabeza sobre la ciénaga seca el cielo rojo enciende la montaña y un dios encadenado ruge dolor si desaparece el relámpago si ese rayo silente decide no volver ¿adónde irán las luciérnagas a titilar el mensaje? LA VIRGEN CHINA Era una familia asiática recién mudada a nuestro vecindario algo grave pasaba pedían ayuda en mandarín el bebé estaba atravesado en los barrotes de la cuna comencé a rotarlo como si arrancara la fruta de un árbol sonó el “crac” de una costilla el niño lloró pero salió ileso las mujeres y el padre me hicieron una venia y la abuela me regaló una estatuilla de Quan Ching la virgen china a la que le faltaba una mano