Lord Byron. Autor de Don Juan (el mejor libro de su tiempo según Shelley). Fue una impresionante celebridad y una leyenda, todos lo querían conocer y leer. Era cojo de un pie y también un excelente nadador y boxeador. Perteneció al linaje de María, Reina de Escocia. Murió a los 36 años peleando en Grecia contra los turcos en 1824. Se creó una fama de chico malo” Harold Bloom, diría de Byron: “Desconcertó y fascinó a sus contemporáneos con una vitalidad abiertamente erótica, compuesta de narcisismo, esnobismo, sadomasoquismo, incesto, sodomía heterosexual y homosexualidad.” Perteneció al Romanticismo.
CXXI ¡Oh amor! no eres tú un habitante de la tierra Un serafín invisible, creemos en ti, Una fe cuyos mártires son el corazón roto, Pero nunca ha visto, ni jamás verá El ojo desnudo, tu forma, como debe ser; La mente te ha hecho, mientras poblaba el cielo, Incluso con su propia fantasía deseada, Y a un pensamiento tal, forma e imagen dada, Mientras atormenta el alma insaciable reseca, cansada, retorcida y desgarrada. CXXI Oh Love! no habitant of earth thou art -- An unseen seraph, we believe in thee, A faith whose martyrs are the broken heart, But never yet hath seen, nor e'er shall see The naked eye, thy form, as it should be; The mind hath made thee, as it peopled heaven, Even with its own desiring phantasy, And to a thought such shape and image given, As haunts the unquench'd soul -- parch'd -- wearied -- wrung and riven. CXXIII Quien ama, delira - es el frenesí de la juventud - pero la cura Es amarga todavía; como se desenvuelve encanto por encanto Que robaba a nuestros ídolos, y nos vemos muy seguros Ni el valor ni la belleza habita fuera de la mente Forma ideal tal; pero aun así se une El hechizo fatal, y aún nos atrae, Cosechando el torbellino de los vientos sembrados a menudo; El corazón terco, su alquimia comenzó, Parece siempre cerca del premio, el más rico cuando más se deshace. CXXIII Who loves, raves -- 'tis youth's frenzy -- but the cure Is bitterer still; as charm by charm unwinds Which robed our idols, and we see too sure Nor worth nor beauty dwells from out the mind's Ideal shape of such; yet still it binds The fatal spell, and still it draws us on, Reaping the whirlwind from the oft-sown winds; The stubborn heart, its alchemy begun, Seems ever near the prize -- wealthiest when most undone. CXXII De su propia belleza es la mente enferma, Y la fiebre en la creación falsa: - dónde, ¿Dónde están las formas que ha tomado el alma del escultor? Solo en él. ¿Puede la naturaleza mostrarse tan justa? ¿Dónde están los encantos y virtudes que nos atrevemos? Concebir en la infancia y perseguir como hombres, El paraíso inalcanzable de nuestra desesperación, Que informa al lápiz y la pluma, ¿Y domina la página donde volvería a florecer? CXXII Of its own beauty is the mind diseased, And fevers into false creation: -- where, Where are the forms the sculptor's soul hath seized? In him alone. Can Nature show so fair? Where are the charms and virtues which we dare Conceive in boyhood and pursue as men, The unreach'd Paradise of our despair, Which o'er-informs the pencil and pen, And overpowers the page where it would bloom again?