Linda Bamber

Escritora de ficción, poeta, ensayista y profesora de inglés en la Universidad de Tufts. Su colección de ficción, Taking What I Like, y su colección de poesía, Metropolitan Tang, fueron publicadas por David R. Godine. Ampliamente reimpreso y antologado, su libro crítico sobre Shakespeare, Comic Women, Tragic Men: Gender and Genre in Shakespeare, fue publicado por Stanford University Press. Linda Bamber ha publicado ampliamente en publicaciones periódicas como The Harvard Review, The Nation, Plowshares, The New York Times, Cimarron Review, The Kenyon Review, Raritan y Tikkun. Se está preparando una segunda colección de poesía, al igual que una larga secuencia de poemas sobre la expedición de Lewis y Clark.

Mi Judaísmo

 

No soy particularmente judía, pero a veces

mi judaísmo me alcanza como una mano desde la acera

y me atrapa el tobillo como una garra. E.g. la semana pasada mientras me vestía

Puse las noticias y estábamos en las montañas

en la frontera eslovaco-polaca 

con un sobreviviente del holocausto. (Entonces, dónde está mi suéter marfil) OK,

OK, es 1943. Él tenía diez en esa época

Todo lo que tenía, le dice a la cámara (tembloroso, frágil)

Todo lo que tenía

Y entonces el viejo comienza a sollozar.

No tenía nada, casi grita. ¡No conocía a nadie!

No puedo explicar lo inesperado que fue el sonido que hizo:

indefenso, indignado, furibundo. 

A lo que mi judaísmo erupcionó

como un trauma histórico-mundial salido de un hombre viejo

en un día normal para el equipo de cámara

en las montañas verdes de la frontera polaco-eslovaca. Mi judaísmo se abalanzó

como un hombre en la tele reventando el monitor desde adentro 

y subiéndose al cuarto de alguien 

donde su ropa está desperdigada por todas partes. Me sacudió los hombros, 

Preguntando, y su madre? Han pensado en ella?

Vi a una mujer delgada en las montañas con su hijo.

Sean amables, le rogó a las cimas silenciosas antes de soltar la mano de su hijo

Y escapar. Sean amables.

Madre, grité yo, tu hijo vivió hasta la vejez. No pregunté

Cuántas semanas amargas tuvo ella que andar; o meses; o días.

Ahora ya el momento loco pasó;

el viejo se va arrastrando los pies por el paso de la montaña. Eso es un cierre;

El equipo de cámara pronto estará libre.

Yo no. Yo estoy sentada al borde de mi cama, a medio vestir; adherida a la tele.

Las lomas aun están verdes 

Como en 1943.