Atenas (1931-2020). Miembro de la Academia de Atenas. Una de las más reconocidas y respetadas poetas en su país. Valorada por su originalidad y por todo su trabajo poético. Traducida al inglés, francés, italiano, aleman, sueco. Premio Nacional de Atenas. Premio Costas, Premio Elenis Ouranis. Premio Europeo de Literatura 2010. Algunos libros de poesía: Poemas, 1952. Sobre la pista, 1963. Lo insignificante del mundo, 1971. Adios jamás, 1988. Un minuto juntos, 1998. Nos trasladamos a la puerta de al lado, 2007. Recaudación de fondos para Pensamientos, 2009. Los índices, 2010. Tiempo público, 2014.
EL PLAGIARIO DESVERGONZADO El Plural Amor: nombre, sustantivo, extremadamente sustantivo, singular en número, de género ni femenino, ni masculino, Un género indefenso. Plural es número de amores indefensos. Miedo: sustantivo singular, en un comienzo, y después se hace plural: miedos. Miedos de todo, desde ahora. Memoria: nombre, nombre propio para tristezas, singular en número, sólo singular e indeclinable. Memoria, memoria, memoria. Noche: sustantivo de género femenino, número singular. plural en número: las noches. Las noches, desde ahora. Irrumpiendo en una ilusión. Y en algún lugar en medio de la noche rutilaba una farmacia siempre de turno. Señor, deme un somnífero para que el desierto allá afuera duerma un poco. Y mientras se desperezaba el boticario yo admiraba las enfermedades alineadas en los armarios, incurables y curables, todas en cajitas alegres de vívidos colores. Y de repente te reconocí. Aislado. Allá arriba, donde sólo un ojo asustado podría encontrarte: Caróntico. La etiqueta de un frasco de veneno. Irreconocible yacía desnuda su silueta letal. Sus manos formaban una amenazante X cruzada en aquel rincón inocente donde tu cuello soñó alguna vez despreocupado. Señor, grité, mientras sacudía las enfermedades en los armarios, ¿qué horribles errores son ésos, cómo puede administrar a los muertos dosis adicionales de veneno sin una nueva receta ni una voluntad divina? ¿Cómo se atreve usted, simplemente para publicitar drásticos productos carónticos, retener los huesos de personas que luchamos arduamente para mantener enteras, en ampollas de sellada ilusión? ¡Devuélvame, ya, el original! Comprendo, dijo el boticario, pero no admitiré ningún error después que salga del local. El Plagiario Desvergonzado De la incesante guerra civil entre existir y dejar de ser entre hablar y no hablar más, finalmente, el único vencedor es aquel famoso corresponsal de guerra que escribe. Un desvergonzado plagiario irrazonable cuyos envíos, hablan y cesan de existir forjados hábilmente como duraderos en la oreja discreta del periódico. Traducción: Alberto Valero.