LAS INVASIONES
De repente, los rostros se transformaron en sangre.
De repente, las cuchillas atravesaron la carne.
De repente, los niños murieron.
El fin llegó lentamente.
El viento, el viento, sabes, me traes voces que incendian voces.
El mismo viento que en la tierra de la montaña, el viento,
El mismo viento que lanza la noche sobre el tejado de la casa.
La misma noche que iluminé la cara de mi madre,
la lumbre, sabes, arde dentro de mi. esa lumbre son las voces que
Todos olvidamos la vida de los muertos en el cementerio.