Jorge Luis Borges. (Argentina 1899-1986)
"No escribo para una minoría selecta, que no me importa, ni para ese adulado ente plátonico cuyo apodo es la Masa. descreo de ambas abstracciones caras al demagogo. Escribo para mí, para los amigos y para atenuar el curso del tiempo"
ELEGÍA Sin que nadie lo sepa, ni el espejo, ha llorado unas lágrimas humanas. No puede sospechar que conmemoran todas las cosas que merecen lágrimas: la hermosura de Helena, que no ha visto, el río irreparable de los años, la mano de Jesús en el madero de Roma, la ceniza de Cartago, el ruiseñor del húngaro y del persa, la breve dicha y la ansiedad que aguarda, de marfil y de música Virgilio, que cantó los trabajos de la espada, las configuraciones de las nubes de cada nuevo y singular ocaso y la mañana que será la tarde. Del otro lado de la puerta un hombre hecho de soledad, de amor, de tiempo, acaba de llorar en Buenos Aires todas las cosas. *********** LOS JUSTOS Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire. El que agradece que en la tierra haya música El que descubre con placer una etimología. Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez. El ceramista que premedita un color y una forma. Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto. El que acaricia a un animal dormido. El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho. El que agradece que en la tierra haya Stevenson. El que prefiere que los otros tengan razón. Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.