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Emily Dickinson tuvo un particular interés por la botánica y por la astronomía, muchos de sus poemas dan cuenta de esto.
A los 32 años, la poeta “consultó” sobre sus versos a un editor, (Tomas Higginson) pero este, no logró vislumbrar la poesía de Dickinson, y guardó sus versos por mas de 30 años. Sus poemas fueron publicados póstumamente.
Emily Dickinson nunca se casó y su vida privada siempre ha sido un gran misterio.
«Cuando era pequeña, tuve un amigo que me enseñó lo que era la inmortalidad, pero se aproximó demasiado a ella y nunca regresó. Poco después murió mi maestro, y durante largos años mi única compañía fue el diccionario. Luego encontré a otro, pero no quería que yo fuese su alumna y se fue de la región».
Al final de su vida la poeta se aisla y vive un encierro voluntario. soy huésped de mí misma». decía.
Vestía sólo de blanco, observaba a los niños jugar y coleccionaba flores silvestres.
Al morir, su hermana Lavinia encontró 40 volúmenes encuadernados a mano; más de 800 poemas nunca publicados ni vistos por nadie.
Emily Dickinson, la más grande poeta de Norteamérica vivió y murió anónimamente. Pero su poesía: misteriosa, profunda, original, velada, y de una lúcida ambigüedad, viajará en el tiempo, más allá de todos los límites, para traernos la enigmática visión de las cosas, de Emily Dickinson.
******* Los poetas encienden lámparas nada más Ellos, por su parte -se extinguen- las mechas que ellos encienden- Siendo una luz vital Son inherentes como son los Soles- Cada época un Lente Que disemina su Circunferencia- ******* Tiene el dolor un elemento en blanco No puede recordar Cuando empezó o si hubo Un tiempo en el que no existía Y no tiene Futuro sino él mismo Su infinita capacidad Su pasado iluminado para percibir Nuevos períodos de dolor
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Si tienes un arroyo pequeñito en el pecho donde brotan tímidas flores y ariscas aves bajan a beber entre sombras que tiemblan, y tan callado fluye que nadie lo sospecha pero tú bebes cada día en él tu sorbito de vida, guárdalo en marzo cuando los ríos se desbordan cuando la nieve corre por la colina abajo y la crecida arrastra puentes, y más tarde, en agosto cuando el prado esté perdido, cuida que este pequeño arroyo vivo no se seque un quemante mediodía