Eli Tolaretxipi. España (1962). Poeta y Traductora. Participa en la organización de encuentros y festivales de poesía. Libros: Amor muerto, naturaleza muerta, Los lazos del número, El especulador.
RECUERDO La primera aguja del olvido en el recuerdo. Julio Cortázar Recuerdo Esto a eso esta pieza a aquella imposible atarlas en el espacio no hay correlación posible. La niebla se espesa no se difumina no se disipa. La forma de un recuerdo En forma de recuerdo. No es la forma de un recuerdo la pieza. Es el contenido El espesor de un recuerdo. Niebla espesa. Recuerda. Como trenes a través del paisaje. No es nítido. No es claro. II Zumbido ¿Es eco un recuerdo? Rebota entre líneas. No es cadencia No es blando el recuerdo. Es tenso y cortante. No. Tampoco contenedores de recuerdo lo que llega. Hay movimiento. Recuerdo cables. Telegrama. Aviso. III Recuerdo. Dos piezas. Ésta a aquélla. Contenidos desformatizados. Puro transportar, como raíles, como guías. Y cómo que es espeso el recuerdo. Una nube. Niebla. Brotes de humo. ¿Es el tren el recuerdo o su transcurrir? ¿Es el cable el recuerdo? *** LA GUACHANCHO Para Mariela Ramírez La casa del pez la casa del aire la casa, jaula, aire casa con brisa se abre hacia la luz con rabia, con agua, con los dientes, se abre hacia la luz, flaquea, se dobla, atiende, aprende, se abre, otra vez, lentamente esboza, con sombra pero la sombra no es espesa, vibra. Casa de pájaros sin pájaros; son el ruido como de patitas, desliz, resbalón por los paneles transparentes sobre las ramas de caña y un vocerío afuera, bocinas. La Guachancho es la mujer-semilla dentro de su dura cáscara. Pero la casa-semilla se aloja en una cáscara abierta llena de huecos y luces, corriente. La casa de la limpieza y de la levedad con nombre de pez terrible. El silencio la deshabita. En la mañana huele a salitre, a madera, aceite de teka. Los gallos de al lado cantan toda la noche, toda la mañana. No hay recovecos. Juegan luces y sombras. “El salitre se come los libros” dicen. “El salitre se come los cables”. Una especie de palma se abre, se parte, en forma de corazón: espadas entre verdes y moradas. Para que nada permanezca, se me perdió la corteza del árbol inclinado que agarré esta mañana, la corteza del guayacán. La anchura de América. La anchura de los pulmones. En un rincón están las alas de Mercurio; no las del Arcángel que muchos colocan cerca del zaguán. Estas son plateadas, unidas a unos cuerpos de madera que son sus pies. La simetría sutil de la casa. Las irregulares formas de mariposa de la isla. Lo irregular, lo asimétrico no molestan, ni el peldaño accidental por la pendiente del terreno. El ventilador ondula el aire. Se ven las ondas, el parpadeo, las formas del aire en el líquido de la taza de cristal. El aire despierto de la casa leve. Eli tolaretxipi verano de 2014