Daniela Camozzi

Nació en 1969, en Haedo, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Es poeta y traductora.

Publicó, en poesía La felicidad ajena (Huesos de Jibia, 2008), Mones Cazón (Ediciones del Dock, 2015), El amor en Blade Runner (Espiral 6, 2016), La brecha que existe entre los cuerpos (Baltasara Editora, 2018 -ganó la convocatoria de esta editorial para su publicación-), Fugacidad/La realidad del cuerpo (Colección Dos Poemas, Ediciones Arroyo, 2019) y La posibilidad (Baltasara Editora, 2021). 

Tradujo los libros de poemas Canción de cuna y otros poemas de Joseph Brodsky (Huesos de Jibia, 2009) con Walter Cassara; Donde sea que vaya y otros poemas de Muriel Rukeyser (Viajero Insomne, 2015); La cúpula de cristal de Amy Lowell (Mágicas Naranjas, 2018), Rukeyser. Sexton. Rich (Wolkowicz Editores, 2020), Antecesoras (Editorial Llantén, 2022) como parte de Medusa, colectivo de poetas y traductoras feministas, y Conocimiento del verano y otros poemas de Delmore Schwartz (Huesos de Jibia, 2023) con Walter Cassara. 

En 2024, la editorial Mágicas Naranjas publicará y soñar despierta, una antología de poemas de Emily Dickinson que tradujo junto a Isadora Paolucci.

Poemas suyos han aparecido en diversas antologías, entre las más recientes Flotar, 100 poemas sobre ríos, 100 poetas argentinxs (Proyecto Camalote, 2020), El beso que no di (Ediciones Arroyo, 2020) y Una imagen para decirlo (Paisanita Editora, 2022). 

En febrero de 2022, ganó la convocatoria Poesía en voz alta del Festival Poesía Ya (organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación en el Centro Cultural Kirchner) junto a veinte poetas de todo el país. 

Integra la editorial artesanal Abduciendo una Vaca, uno de los proyectos de la organización social No Tan Distintes, mujeres y LGBT+ en situación de calle, de la que es una de sus fundadoras. 

Coordina talleres de lectura y escritura de poesía y clínicas de obra poética.

Filtrar la luz

                   Era la rama con la luz.
                     Arnaldo Calveyra

Otra vez un viento
entre las hojas de la parra.
Pero ya nada se derrama ni se cae.
Mamá se ríe ahora
sin preocupaciones
sentada en el sillón
de hierro del patio.
Sonríe con mi hermana a upa
mientras se acomoda el pañuelo
que la protege del sol.
Un sol que pega fuerte
en el verano de la tarde
y atraviesa las hojas.
Es una escena que reaparece
en las mejores tardes de verano
cuando estoy al reparo de algún verde
y las hojas se mueven levemente
y al moverse dejan
filtrar la luz.