Czeslaw Milosz

Nació en Polonia en 1911, donde murió en 2004. Premio Nobel de Literatura 1980. Durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó para la Resistencia de Varsovia, difundiendo libros y folletos contra el nazismo. Publicó 21 libros de poesía. Vivió en Paris, Polonia y desde 1960 en Los Estados Unidos, donde fue Profesor de Literatura Eslava

¿ARTE POÉTICA?

Yo siempre he aspirado a una forma más amplia

Que fuera libre de los reclamos de la poesía y la prosa

Y nos dejara entendernos unos a otros sin exponer

Al lector ni al autor a sublimes agonías.

En la verdadera esencia de la poesía hay algo indecente:

De nuestro interior brota una creación sin saber que estaba ahí

Así que parpadeamos como si fuese un tigre que apareció

Erguido en medio de la luz, azotando con su cola.

Por eso se dice correctamente que la poesía es dictada por un demonio

Si bien es una exageración sostener que es un ángel

Es difícil llegar a saber de dónde viene la vanidad de los poetas

Pues a menudo se avergüenzan cuando es revelada su debilidad.

¿Qué hombre razonable quisiera ser una ciudad para los demonios,

que se comportan como si esa fuera su casa, hablan diferentes lenguas,

Y , no contentos con robar sus labios y sus manos,

Se esfuerzan en cambiar su destino a su conveniencia?

Es cierto que lo mórbido es altamente valorado en estos días

Así que tú debes pensar que yo sólo estoy bromeando,

O que yo he descubierto una forma más

De alabar el Arte mediante la ironía.

Hubo un tiempo en que sólo se leían libros sabios

Que nos ayudaban a soportar el dolor y la miseria

Después de todo no es lo mismo

Que hojear miles de páginas recientes de la psiquiatría clínica

Y todavía este mundo es diferente a lo que parece ser

Y nosotros somos muy distintos a como nos vemos en nuestros desvaríos

La gente sigue conservando su silenciosa integridad

De este modo son respetados por familiares y vecinos

El sentido de la poesía es recordarnos

Cuán difícil es seguir siendo una sola persona

pues nuestra casa está abierta, las puertas están sin llave,

e imperceptibles invitados entran y sales a su antojo.

Lo que estoy diciendo aquí no es poesía, estoy de acuerdo,

Los poemas se escriben muy de vez en cuando y a disgusto,

Bajo una insoportable coacción y sólo con la esperanza

De que los buenos espíritus, y no los malvados, nos elijan como su instrumento.





NADA MÁS


Debería contar alguna vez cómo ha cambiado

Mi opinión sobre la poesía y por qué

Me considero hoy uno entre tantos

Comerciantes y soldados del Imperio del Japón

Que componen los versos sobre la flor de cerezo,

Los crisantemos y la luna llena.

Si yo pudiera describir a las cortesanas de Venecia,

Cuando en el patio con un ramito incitan al pavo,

Y de la prenda de seda, de una cinta perlada

Librar los senos grávidos, la marca rojiza

en el vientre, donde la hebilla

Por lo menos así como lo ha visto el capitán de los galeones

Que llegaron aquella mañana, cargados de oro;

Y si pudiera al mismo tiempo, en el cementerio

donde el graso mar lame el portón,

Encerrar sus pobres huesos en una palabra

más constante que el último peine

Cuando en el polvo, bajo la losa, espera la luz solitario

Entonces no dudaría. De la materia tenaz

¿Cuánto se puede lograr? Nada, tan sólo la belleza.

Deben bastarnos entonces, la flor de cerezo

Y los crisantemos y la luna llena


Montgeron, 1957