Charles Simic

(Yugoslavia 1938-EEUU 2023). Poeta y Traductor. Publicó su primer libro de Poesía en 1967. Conoció los horrores de la guerra, debió abandonar su país con su familia. Vive en Los Estados Unidos desde entonces, donde fue profesor de Literatura. Premio Pulitzer de Poesía y Premio Wallace Stevens, 1990. “La influencia grande, grande, en mi vida, fue nacer en Yugoslavia en 1938″.  

Shelley

Poeta de las hojas muertas barridas como fantasmas,
llevadas como multitudes pestilentes, te leí por primera vez
una noche lluviosa en la Ciudad de Nueva York,
con mi atroz acento eslavo,
recitando los melifluos versos
de un volumen desgastado, muy manchado
que había comprado temprano ese día
en una librería de libros usados en la Cuarta Avenida
administrada por un iniciado de los maestros de lo oculto.

El poco dinero que tenía casi lo gasté todo,
caminé por las calles con mi nariz metida en el libro.
Me senté en una sucia cafetería
con las moscas del verano pasado sobre la mesa.
El dueño era un ex marino
al que le había salido una joroba en la espalda
mientras contemplaba la lluvia, la calle vacía.
Estaba contento de verme sentado y leyendo.
Me volvía a llenar la taza con un líquido oscuro como el río Estigia.

Shelley hablaba de un rey loco, ciego y moribundo;
de gobernantes que no veían, no sentían, ni sabían;
de tumbas de las que un glorioso Fantasma podía
irrumpir para iluminar nuestro día tempestuoso.

Yo también me sentía como un glorioso fantasma
yendo a cenar
en un restaurante chino que conocía muy bien.
Tenía un mozo con tres dedos
que me traía mi sopa y arroz todas las noches
sin decir siquiera una palabra.

Nunca vi a nadie más allí.
La cocina estaba separada por una cortina
de cuentas de vidrio que sonaba débilmente
cuando quiera que se abría la puerta de entrada.
La puerta de entrada se abrió aquella noche
para admitir una pálida muchachita con anteojos.

El poeta hablaba del universo eterno
de las cosas... de destellos de un mundo más remoto
que el alma visita en el sueño...
De un desierto poblado sólo por tormentas...

Las calles estaban salpicadas de paraguas rotos
que se veían como fúnebres cometas
que esa muchachita china podría haber fabricado.
Los bares de la calle MacDougal se estaban vaciando.
Había habido una pelea.
Un hombre se apoyaba en un poste de luz con los brazos extendidos
como si estuviera crucificado,
la lluvia lavaba la sangre de su cara.

En un callejón débilmente iluminado
donde la acera brillaba como un espejo de sala de baile
a la hora de cierre...
un hombre bien vestido sin zapatos
me pidió dinero.
Le brillaban los ojos, se veía triunfante
como un maestro de esgrima
que recién había dado una estocada mortal.

Cuán extraño era todo eso... los desechos del mundo
esa oscura noche de octubre...
El amarillento volumen de poesía
con sus Esplendores y Penumbras
que yo estudiaba a la luz de las vitrinas:
farmacias y barberías,
temeroso de mi pequeño cuarto sin ventanas
frío como una tumba de un emperador niño.

 

 
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Carnicería

A veces caminando en la noche, tarde
me detengo ante la carnicería cerrada.
Hay una sola luz en el negocio
como la que usa el preso para cavar su túnel.

Un delantal cuelga de un gancho:
la sangre le untó un mapa
de los grandes continentes de la sangre;
los grandes ríos y océanos de la sangre.

Ahí están los cuchillos que brillan como altares
en una iglesia oscura donde traen al lisiado y al imbécil
para sanarlos.

Ahí está la tabla de madera donde se rompen los huesos,
y se pelan a fondo —el río disecado hasta su cauce
donde me alimentan,
donde en lo profundo de la noche escucho una voz.
 
 
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Butcher shop: Sometimes walking late at night/
I stop before a
closed butcher shop
There is a single light in the store/
like the light in wich the convicts digs his túnel.
An apron hangs on the hook:
The blood on it smeared into a map
Of the great continent of blood,
The great rivers and oceans of blood.
There are knives that glitter like altars
In a dark church
Where they bring the cripple and the imbecile
To be healed.
There is a wooden blok where bones are broken,
Scraped clean -a river dried to its bed/ Where I am fed,
Where deep in the night I hear a voice.