Carlos Drummond de Andrade, nace el 31 de octubre de 1902, en Itabira, Minas Gerais. Hacia 1920 se muda con su familia para Belo Horizonte, donde estudia Farmacia, profesión que jamás ejerció. Fue redactor de revistas y periódicos y cronista de “Jornal do Brasil”. También fue funcionario público. En 1928, nace su hija María Julieta, “su mejor poema o el único”, como decía siempre. Ese mismo año, en la revista Antropofagia de São Paulo, publica su poema «No meio do caminho» que produce una gran resonancia en Brasil. En 1930 debuta con su libro: “Alguna poesía”, un tiraje de 500 ejemplares, costeados completamente por el autor. En 1949, el compositor Heitor Villa-lobos, estrena su obra «Poema de Itabira» basado en “Viagem na família”. Su poema: “E agora José?” se populariza debido a que un joven convicto, al ser juzgado y dispensado de sus cargos, recita de memoria en el tribunal “E agora José?”. Al día siguiente el poema fue publicado en todos los diarios. Su obra poética: Alguna poesía, 1930, Sentimiento del mundo, 1940. José, 1942. La rosa del pueblo, 1945. Nuevos poemas, 1948. Claro enigma, 1951. Hacendado del aire, 1954. La vida pasada a limpio, 1959. Lección de las cosas, 1962. Versiprosa, 1967. La falta que ama, 1968. Las impurezas del blanco, 1973. Niño antiguo, 1973. La pasión medida, 1980. Cuerpo, 1984. El amor natural, 1992. Farewell, 1996. En 1987, muere el poeta, unos días después de la muerte de su hija.
CONSUELO EN LA PLAYA Vamos no llores. La infancia está perdida. La juventud está perdida. Pero la vida no se perdió. El primer amor pasó. El segundo amor pasó. El tercer amor pasó. Pero el corazón continúa. Perdiste a tu mejor amigo. No hiciste ningún viaje. No posees carro, barco, tierra. Pero tienes un perro Algunas palabras duras Con una voz mansa te golpearon. Nunca nunca cicatrizan. Pero ¿Y el humor? La injusticia no se resuelve. A la sombra de un mundo errado murmuraste una protesta tímida. Pero vendrán otras. Sumado todo esto, deberías precipitarte de una vez en las aguas Estás desnudo, en la arena, en el viento. Duerme hijo mío. Traducción: Nidia Hernández.
CONSOLO NA PRAIA Vamos, não chores. A infância está perdida. A mocidade está perdida. Mas a vida não se perdeu. O primeiro amor passou. O segundo amor passou. O terceiro amor passou. Mas o coração continua. Perdeste o melhor amigo. Não tentaste qualquer viagem. Não possuis carro, navio, terra. Mas tens um cão. Algumas palavras duras, em voz mansa, te golpearam. Nunca, nunca cicatrizam. Mas, e o humour? A injustiça não se resolve. À sombra do mundo errado murmuraste um protesto tímido. Mas virão outros. Tudo somado, devias precipitar-te, de vez, nas águas. Estás nu na areia, no vento... Dorme, meu filho.