Albert Lázaro Tinaut

Albert Lázaro-Tinaut. Editor y traductor, nació y vive en Barcelona, España. Ha traducido literatura italiana y francesa, y cotraducido a autores estonios: Jüri Talvet, Jaan Kaplinski, Tõnu Õnnepalu (Emil Tode), Viivi Luik, Juhan Liiv, Lydia Koidula, Fr. R. Kreutzwald, etc. También ha cotraducido poesía lituana y letona.

¿TAMBIÉN TIENES UVAS? 


En la madraza de la ciudad que huele a morería,

bajo arabescos que se recortan y se retuercen,

los críticos académicos explican la revelación:

fluyen las significaciones como la vida misma,

el lenguaje sirve para llegar a acuerdos sin impedir

que cada cual mantenga su criterio; es la que sirvió

para que un anciano enfermo que perdió una pierna,

con el rostro cruzado de cicatrices siberianas, tras

los barrotes, bajo el cielo de su patria, desde la penumbra

de su gargantuesca máscara, pudiera

confundir las mentes de los papagayos de París.


Y así quedaron los críticos, intercambiándose alabanzas

y dándose palmaditas en la espalda, pero con sus puñales

andaluces prestos en el bolsillo. Me fui.

No porque yo fuera mejor ni más sabio que los otros.

Ya había pasado otras veces por lo mismo.

En el principio de los siglos, aun antes de que

naciera aquel que recomendara ofrecer la otra mejilla,

el sabio cobijado bajo el tejado de la pagoda

había sentenciado: “Todo fluye. Nada podrá

contra ello la espada ni la palabra”.


Lo supe de otro modo. Lo intuí

cuando una mujer joven, con su mirada

tierna trenzada en la corcova, se inclinó

ayer sobre sus hijos sanos, concebidos

con su marido jorobado; y hoy lo intuyo

a través de la vocecita tenue de mi hija

de dos años que me ha preguntado por teléfono:

“¿También tienes uvas?”.


Sin saber qué hay más allá de los países y los mares,

sin saber que hay diferencia entre un día y un año,

mas que en realidad no hay diferencia alguna.



KAS SUL VIINAMARJU KA ON?



Maurihõngulise linna madrazas

väänlevlõikuvate arabeskide all

seletavad ülikoolikriitikud ilmutust –

tähendused voolavad nagu elu ise,

keel on selleks, et kokku leppida,

iseennast kaotamata -, mille jõul

vana haige jalata mees, Siberi

armid näol, oma umbse kodumaa

trellitatud taeva alt, gargantualiku

karnevalimaski varjust oskas segi

ajada Pariisi papagoide pead.


Kriitikud jäidki üksteist kiitma,

õlgadele patsutama, andaluusia

pussid taskus valvel. Läksin ära.

Mitte et oleksin parem, veel vähem

targem. Olin sedasama teadnud

teisiti. Aastasadade tagant, veel enne

kui sündis too, kes soovitas ette

pöörata teisegi põse, oli tark pagoodi

alt pomisenud: “Kõik voolab, ei

mõõga ega sõna jõud saa selle vastu.”


Olin seda tundnud teisiti. Sellest,

kuidas eile üks noor naine oma

küürakalt mehelt saadud tervete

laste kohale kummardus, silmades

õrnus künkaga kokku kasvanud,

ja selles, kuidas täna mu 2-aastase

tütre hääleke telefonis küsis: “Kas

sul viinamarju ka on?”


Teadmata ise, et maade ja merede tagant,

teadmata, et päeval ja aastal on

vahe, et neil pole tegelikult vahet.

 

Traducción: Albert Lázaro Tinaut/Jüri Talvet