Al Berto

Portugal. 1948-1997. Alberto Raposo Pidwill (Coimbra 1948, Lisboa, 1997). Hasta su adolescencia vivió en el litoral alentejo. Estudio artes plásticas en Lisboa y Bruselas. Algunos de sus libros de poesía son: En busca del viento en un jardín de agosto de 1977. Salitre, 1984. Una existencia de papel, 1985. El miedo, 1987. La secreta vida de las imágenes, 1991. Mereció el Premio Pen Club de Poesía, 1988.

                                                                                                                            


PASIÓN


Visítame antes de que envejezca

Toma estas palabras llenas de miedo y sorpréndeme

con tu rostro de modigliani suicida


tengo un balcón amplio lleno de malvas

y la marejada de las noches pobladas de peces voladores


ven

a verme antes que la bruma penetre los cimientos

las piedras nacaradas de este volcán la lava del deseo

Subiendo a la boca sulfurosa de los espejos.


ven


antes que despierte en mí el grito

de alguna tierna Jeanne Hébuterne la pasión

se derrama cuando tu ausencia se aferra a las velas

prontas a vaciarse en oro


Te pierdo en el sueño de los paisajes marítimos

estas heridas de barro y cuarzo

Los ojos pasmados en el agua inabarcable.

ven


con tu sabor de azúcar quemada alrededor de la noche

que sueña cerca del corazón que no sabe como tocar

 


***

 

Cromo

andamos por el mundo
experimentando la muerte
de los cabellos blancos de las palabras
atravesamos la vida con el nombre del miedo
y el consuelo de algún vino que nos sostiene
la urgencia de escribir
no se sabe para quien

el fuego la savia de las plantas vaciadas de astros
la vida multigrafiada y distribuida así
a través de la lengua gratuitamente
el amargo sabor de este país contaminado
las manchas de tinta en la boca herida de los tigres de papel


entre tanto duermo a la velocidad de los pipelines
esbozo cromos para una colección de sueños lunares
y al despertar la incoherente ciudad odia
a quien debería amar

el tiempo se escurre en la música silente de este mar
ah amigo mío como envidio esa tarde de fuego
en la que deseaba morir y volver



***


ningún barco regresó antes o después de ti
la noche alteró el vino endulzado de los dioses
sin que un suspiro brotase
en la penumbra azul de los días que te evocan

es tarde
estoy enfermo en el milenio que termina
los grandes rumbos de la pasión me molestan
otro cuerpo amarga el olvido del mío
tengo nostalgia de una mano sobre el rostro
la melancolía de los ojos de los ahogados
más nunca pedí a la muerte un paño limpio
para pulir o vender el ámbar de los tuyos

me queda este texto antiguo desierto de alas
sobre la piel mordida por las cenizas del vuelo
las horas como heridas de afilados dientes
donde tiemblan algunos cuerpos que fueron míos


***


te embriagabas
en la travesía de aquel verano
bebías mucho vino
en el vértigo de fogosos cuerpos
sabias poco sobre celos y traiciones

confiabas demasiado en tí eras alto y flaco
nunca traficaste armas en Harrar
tenías el pecho cansado el andar lento
y jamás pernoctaras bajo el cielo de Alejandría

escucha
a partir de hoy te abandono para siempre
al silencio de quien escribe versos
en Portugal
tienes treinta y siete años como Rimbaud
tal vez sea tiempo de empezar a morir


***


es en el silencio
donde mejor burlo la muerte

no
ahora no me aferro a nada
me mantengo suspenso en este fin de siglo
re aprendo los días para la eternidad
porque donde termina el cuerpo debe comenzar
otra cosa otro cuerpo

oigo el rumor del viento
ve
ve alma
hasta donde quieras

 


Traducción: Nidia Hernández