Adrienne Cecile Rich. (1929-2012). Nació en Baltimore. En 1951 publica su primer libro de poesía; A change of world. Desde entonces ha publicado más de quince libros de poesía. Premio Nacional del Libro (poesía) en 1974. Fué una activista preocupada por las injusticias del mundo. Vivió en California donde falleció a la edad de 82 años en su casa en Santa Cruz.
Fantasía para Elvira Shatayev (líder de un grupo de mujeres alpinistas, las cuales murieron en una tormenta en el Pico Lenin, en Agosto de 1974. Después, el marido de Shatayev encontró y enterró los cuerpos.) El frío se sintió frío hasta que nuestra sangre se enfrió luego el viento se fue aquietando y nos dormimos Si en este sueño yo hablo es con una voz que no es más personal (quiero decir con unas voces) Cuando el viento arrancó por fin nuestra respiración no necesitábamos palabras Por meses por años cada una de nosotras había sentido su propio sí creciendo en ella formándose lentamente mientras estaba frente a las ventanas esperaba los trenes enmendaba sus mochilas se peinaba Lo que íbamos a aprender fue sencillamente lo que tuvimos acá arriba mientras que de todas las palabras ese sí reunía sus fuerzas fusionándose y sólo justo a tiempo para encontrar un No sin graduaciones el oscuro agujero aspirando el mundo Te siento trepando hacia mí las marcas de tus botas dejando su geométrica mordida colosalmente tallada en microscópicos cristales como cuando te rastreé en el Cáucaso Ahora estoy mucho más adelante de lo que vos y yo soñamos cualquiera lo estaría me he convertido en la blanca nieve acumulada como el asfalto por el viento en las mujeres que amo ligeramente arrojada contra la montaña en ese cielo azul nuestros congelados ojos despejados en la tormenta podríamos haber cosido todo junto ese azul como una colcha Vienes (yo lo sé) con tu amor tu pérdida atadas con correas a tu cuerpo con tu grabadora tu cámara la pica para el hielo contra todo consejo para darnos un entierro en la nieve y en tu mente Mientras mi cuerpo yace acá afuera fulgurando como un prisma dentro de tus ojos cómo podrías dormir Escalaste acá por vos mismo nosotras escalamos por nosotras mismas Cuando nos hayas enterrado contado tu historia la nuestra no termina seguimos fluyendo hacia lo interminable lo no comenzado lo posible Cada núcleo de las células de calor pulsado afuera nuestro hacia el fino aire del universo la armadura de roca debajo de estas nieves esta montaña que ha tomado la impresión de nuestras mentes a través de cambios elementales y diminutos como esos que sobrellevamos para traer a cada una hasta acá eligiéndonos a cada una y a esta vida de la cual cada aliento y mano agarrada y lugar donde pisemos está en algún lado todavía establecido y continuando En el diario escribí: Ahora estamos preparadas y cada una de nosotras lo sabe Nunca amé de esta manera Nunca he visto mis propias fuerzas tan levantadas y compartidas y devueltas Después del largo entrenamiento los primeros asedios nos estamos moviendo casi sin esfuerzo en nuestro amor En el diario mientas el viento empezaba a arrancar las carpas encima nuestro escribí: Ahora sabemos que siempre estuvimos en peligro allá abajo por separado y ahora acá arriba juntas pero hasta ahora no habíamos tocado nuestra fuerza En el diario arrancado de mis dedos había escrito: Qué significa el amor qué quiere decir “sobrevivir” Un cable de fuego azul sujeta nuestros cuerpos ardiendo juntos en la nieve No vamos a vivir para arreglarnos por menos Hemos soñado con esto toda nuestra vida 1974 Versión de Tom Maver ******** III Como ya no somos jóvenes, las semanas han de valer por todos los años que estuvimos separadas. Pero tan solo esta extraña deformación del tiempo me advierte que no somos jóvenes. ¿Caminé alguna vez por las calles matutinas en mis veinte, con mis brazos y piernas fluyendo en la más pura alegría? ¿Me incliné alguna vez desde una ventana sobre la ciudad a escuchar al futuro, Así como ahora espero por tu llamada con mis nervios adheridos al teléfono? Y tú te mueves hacia mí con el mismo ritmo, Con tus ojos sin tiempo, y con esa chispa verde como destellos del pasto de verano en tus ojos azules, o como el berro silvestre azulverdoso rociado en primavera. Sí a los veinte creímos que viviríamos por siempre. A los cuarenta y cinco, quiero conocer hasta nuestros límites. Te acaricio aún sabiendo que no nacimos mañana, Y que de alguna manera, cada una ayudará a la otra a vivir. Y que en algún lugar, cada una ayudará a la otra a morir. Traducción: Francia Rosa Calzadilla III Since we’re not young, weeks have to do time for years of missing each other. Yet only this odd warp in time tells me we’re not young. Did I ever walk the morning streets at twenty, my limbs streaming with a purer joy? did I lean from any window over the city listening for the future as I listen here with nerves tuned for your ring? And you, you move toward me with the same tempo. Your eyes are everlasting, the green spark of the blue-eyed grass of early summer, the green-blue wild cress washed by the spring. At twenty, yes: we thought we’d live forever. At forty-five, I want to know even our limits. I touch you knowing we weren’t born tomorrow, and somehow, each of us will help the other life, and somewhere, each of us must help the other die.