Umberto Saba. Trieste, Italia. (1883-1957). Poeta y novelista. En 1910 publica su primer libro de poemas: Florencia, en 1931 publica: El Cancionero en donde reúne toda su poesia escrita hasta ese tiempo. Mantuvo durante mucho tiempo una Librería muy importante en Trieste en donde se reunían poetas, artistas e intelectuales. En vida padeció de una fuetre depresió que no lo abandonó y que nutre su poesía. Ofrecemos algunos poemas traducidos por Ana María del Re recogidas en un libro publicado por Monte Avila Editores.
Autobiografia 3 Mi padre fue para mí siempre "el asesino"; hasta que a mis veinte años lo encontré. Entonces comprendí que él era un niño, y que el don que poseo de él provenía. Tenía en su rostro mi mirada azul, una sonrisa, en la indigencia, dulce y astuta. Siempre anduvo errante por el mundo; más de una mujer lo amó y lo alimentó. Era alegre y ligero; mi madre sentía todo el peso de la vida. Se le escapó de las manos, como una pelota. "No te parezcas - me decía - a tu padre": Y yo en mí mismo lo comprendí más tarde: Eran dos razas en antigua contienda. *** Autobiografia 3 Mio padre è stato per me "l'assassino"; fino ai vent'anni che l'ho conosciuto. Allora ho visto ch'egli era un bambino, e che il dono ch'io ho da lui l'ho avuto. Aveva in volto il mio sguardo azzurrino, un sorriso, in miseria, dolce e astuto. Andò sempre pel mondo pellegrino; più d'una donna che l'ha amato e pasciuto. Egli era gaio e leggero; mia madre tutti sentiva della vita i pesi. Di mano ei gli sfuggì come un pallone. "Non somigliare - ammoniva - a tuo padre": ed io più tardi in me stesso lo intesi: Eran due razze in antica tenzone. *** La Cabra He hablado a una cabra. Estaba sola en el prado, atada. harta de hierba, bañada por la la lluvia, balaba. Aquel monótono balido acompañaba mi dolor. Y respondí, primero en broma, después porque el dolor es eterno, tiene una sola voz y no varía. Escuchaba esa voz gemir en una cabra solitaria. En una cabra de rostro semita sentía la marca de todos los males, la queja de todas las vidas. Traducción: Ana Maria del Re *** La capra Ho parlato ad una capra. Era sola sul prato, era legata. Sazia d'erba, bagnata dalla pioggia, belava. Quell'uguale belato era fraterno al mio dolore. Ed io risposi, prima per celia, poi perché il dolore é eterno, ha una voce e non varia. Questa voce sentiva gemere in una capra solitaria. In una capra dal viso semita sentiva querelarsi ogni altro male, ogni altra vita