Hölderlin. Alemania (1770-1843). Su padre muere cuando él tenía dos años, de sus seis hermanos sobreviven dos. Estudió literatura y filosofía clásicas, tradujo al alemán algunas tragedias griegas. Luego de ser declarado enfermo incurable, estuvo al cuidado de un ebanista; Zimmer, entusiasta lector del Hiperión, quien lo acogió en su casa; la madre del poeta se hizo cargo de los gastos de manutención. Allí permaneció hasta su muerte en unas condiciones de locura pacífica durante treinta y seis años.
CUANDO YO ERA NIÑO Cuando yo era niño un dios solía salvarme del griterío y la cólera de los hombres; entonces jugaba , tranquilo y bueno, con las flores del bosquecillo y las brisas del cielo jugaban conmigo. Y así como regocijas el corazón de las plantas cuando ante ti extienden sus dulces brazos, así alegrabas mi corazón, ¡padre Helios!, y, como Endimión, era tu amado, sagrada Luna. ¡Oh vosotros todos, leales, amigos Dioses, si supiéseis cómo mi alma os ha querido! En verdad, no os llamaba entonces con nombres, y vosotros nunca me nombrábais, igual que los hombres se llaman como si se conocieran. Y no obstante os conocía mejor que nunca he conocido a los hombres; comprendía el silencio del Éter; jamás comprendí las humanas palabras. Me educó lo armonioso de la arboleda susurrante y fui aprendiendo a amar entre las flores. Yo crecí en brazos de los dioses. (Versión de José Ma. Valverde)