Forrest Gander

Nació en el desierto de Mojave en California y  creció en Virginia, pasó algunos años en San Francisco, Dolores Hidalgo, México, y en Providence, Rhode Island. Estudió Geología y Literatura Inglesa. Es Poeta, Narrador, Ensayista y Traductor de poetas de habla hispana. Sus libros a menudo se relacionan con la Ecología, incluyen: Redstart: An Ecological Poetics y Science & Steepleflower, Core Samples from the World que fue finalista del Premio Pulitzer y del National Book Critics Circle Award, Be With (Premio Pulitzer de Poesia, 2019) y Twice Alive, 2021. Los libros de Forrest Gander han sido traducidos y publicados en Francia, México, Chile, España, Bulgaria, Japón, Alemania, Turquía, Italia y los Países Bajos. Es canciller de la Academia de Poetas Estadounidenses y miembro electo de la Academia de las Artes y las Ciencias. Vive en el norte de California.

SEÑALADO

En ese momento mis sonidos-duelo rebotaron fuera del lenguaje.

Algo como un derivante enjambre de abejas.

En ese momento del silencio tétrico que siguió

estuve aglomerado por aquellas abejas y perdí la conciencia.

En ese momento tampoco había salida para mí.

En ese momento continué en semi-coma, soñando que estaba despierto,

evitando amigos y vomitando, arrancándome aguijones de la cara y brazos.

En ese momento su voz quedó sujeta a un fondo de color vaporoso.

En ese momento los abanicos de la grulla fulguraron.

En ese momento, al reaccionar, sabía que pagaría la tarifa completa.

En ese momento el conductor se volteó y dijo: no necesita ser

tu culpa para romperte.

En ese momento sin ningún comienzo tambaleante,

comenzó a tocar una flauta de hueso de zopilote.

En ese momento envejecí y fue como desgarrar de nuevo la colmena con mis manos.

En ese momento concebí un reino más real que la vida.

En ese momento había al menos alguna posibilidad.

Alguna posibilidad, en la cual no creía, de estar con ella una vez más.

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Beckoned

At which point my grief-sounds ricocheted outside of language.

Something like a drifting swarm of bees. 

At which point in the tetric silence that followed

I was swarmed by those bees and lost consciousness. 

At which point there was no way out for me either. 

At which point I carried on in a semi-coma, dreaming I was awake,

avoiding friends and puking, plucking stingers from my face and arms.

At which point her voice was pinned to a backdrop of vaporous color.

At which point the crane’s bustles flared. 

At which point, coming to, I knew I’d pay the whole flag pull fare. 

At which point the driver turned and said it doesn’t need to be

your fault for it to break you. 

At which point without any lurching commencement, 

he began to play a vulture-bone flute.

At which point I grew old and it was like ripping open the beehive with my hands again.

At which point I conceived a realm more real than life. 

At which point there was at least some possibility.

Some possibility, in which I didn’t believe, of being with her once more. 

 

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Bosque carbonizado

El ojo que estaba abierto el viernes.

El presagio y el desollado oculto del presagio. Cintas de carne

pululando descendentes. Como un cardumen de sanguijuelas

desertando algún cataclismo oscuro.

Y un fantasma escarmujado allí, Estigio, erecto.

Diciendo: aquí está la intraducción del mundo.

Montado en una aguja de forma.

El desembarco de abismo. Chisporroteo fragmentario.

Y lo que pensaste que eran oscuros lagartijos de iluminación

eran pelos de un oso afeitado

ordeñado por su bilis en una jaula oxidada. Anidado

entre la malla de sonidos suaves translúcidos

caídos de tus labios, los

vestigios de alguien que respira.

 

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Carbonized Forest

The eye that was open on Friday. 

The portent and the portent’s flensed hide. Ribbons of flesh

swarming downward. Like a school of leeches

deserting some unlit cataclysm. 

And a briary phantom there, Stygian, erect.

Saying, here is the untranslation of the world. 

Mounted on a spire of form.

The disembarkation of abyss. Fragmentary sputtering. 

And what you thought were dark whiptails of illumination

were bristles from a shaved bear

being milked for bile in a rusting cage. Nested

among the mesh of soft translucent sounds

fallen from your lips, the

vestiges of someone’s breathing. 

 

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Sobre un enunciado de Fernanda Melchor

What is the most fucked-up thing to happen to you?

¿Qué es lo más cabrón que me ha pasado en la vida?

Arruinado por ocupaciones, arrugué mi vida, la dejé caer

y luego la sobreviví, balanceándome

en mi miseria como un ciprés en el viento. Observé

estrellas emergiendo de un huevo negro. Lucidez

de la pérdida. Alguien vino a decirme: la araña

que vibra sobre sus piernas largas en la esquina del techo

sobre mi escritorio ya no existe. Está acuñada

entre lo violento ininterrumpido 

de un solo día y el vacío que descubrí

adentro de mí. Frente tensada con autocompasión.

Dije: Crees que me conoces, pero tú no 

me conoces. Ella dijo,

Te conozco mosco, eres uno y la misma cosa.

 

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On a Sentence by Fernanda Melchor

¿Qué es lo más cabrón que te ha pasado en la vida?

The most fucked-up thing to happen to me?

Addled by busyness, I crumpled my life and let it drop

and then I outlived my life, rocking

on my misery like a cypress in the wind. I watched

stars emerge from a black egg. Lucidity

of loss. Someone came to tell me the spider 

vibrating on its long legs in the ceiling corner 

over my desk does not exist now. It is wedged

between the violent uninterruptedness 

of one single day and the void I discovered

inside myself. Forehead tautening with self-pity. 

I said, You think you know me, but you don’t

know me from Adam’s goat. And she said,

I do, and you are one and the same thing.