Marie Howe, nació en Nueva York. asistió a la Escuela del Convento del Sagrado Corazón y a la Universidad de Windsor. Trabajó como maestra y periodista de un periódico antes de recibir su maestría en la Universidad de Columbia, donde por cierto estudió con Stanley Kunitz, a quien reconoce como su «verdadero maestro». En 1988 publica su primer poemario: El buen Ladrón, que fue elegido para la Serie de Poesía Nacional por la poeta canadiense: Margaret Atwood. También publica: El reino del tiempo ordinario en 2008, que fue finalista del Premio del Libro de Los Angeles Times. Lo que hacen los vivos en 1997 y Magdalena en 2018. Marie Howe Fue becaria de la Fundación Guggenheim, de La Fundación Nacional para las Artes en Massachusetts y de la Academia de Poetas Americanos. Fue seleccionada por el poeta Stanley Kunitz para el Premio Lavan de jóvenes Poetas, también de la Academia de poetas Americanos. Del 2012 al 2014 Marie Howe Fue Poeta Laureada del Estado de Nueva York. En 2018, fue elegida Canciller de la Academia de Poetas Americanos. Actualmente Marie Howe, da clases en la Universidad de Nueva York y en Sarah Lawrence College. Vive en la ciudad de Nueva York con su hija. (quien por cierto diseñó la portada de su más reciente Libro: Magdalena nominado al Premio Nacional del Libro 2017.
Los Hombres, Sus Cuerpos Un pene era tan grande y grueso que cuando lo sentí dentro en verdad dije guao Un pene no era circunciso y a mí me encantaba agarrar la pielcita y halarla hacia abajo para que la cabecera saliera como un hombre diminuto. Un pene era curvo y yo tenía Que moverme de una forma diferente. Un pene era tan amigable que yo nunca tenía miedo de él. Un momento tan delgado que yo estaba realmente impactado. Un pene era grueso y bajito como un cerdito. Un pene no se ponía duro hasta que él atajó todo el blandito dentro de mí. Un pene llegaba apenas yo comenzaba a moverme. Lo siento, dijo él, tengo Un problema, pero a mí no me importaba. Yo amaba a ese muchacho. Un pene se reclinaba erecto contra mí casi todas las mañanas, pero yo me salía de la cama como si no hubiera escuchado ni una de sus palabras Un pene era tan preciado para mí que yo lo besada y lo Besaba aunque supiera que había estado con otra persona. Hubo un pene que nunca vi pero Mi mano lo conoció por encima del jean. Un pene amaba tanto el interior de mi boca que Cantaba y balbuceaba. Uno tenía nombre. Uno era un ratoncito. Uno, me explicó él, tenía unos piojitos muy pequeños, y no pudimos tener sexo por un tiempo. Uno era ortodoxo y No se acercaba a la sangre. Uno tenía una verruga, una bolita dura justo debajo del bordecito Un pene era muy paciente sin alarmarlo. Un pene tenía un gran sentido del humor. Un pene tenía herpes pero yo no conocía esa palabra aún. Uno era como Un martillo demoledor. Uno era un borracho grosero, un patán hiriente. Uno dormía dentro De mí, muy cómodo y en casa. Traducción: Rebeca Blackwell. ******* Antes del comienzo "¿Fui virgen alguna vez?" ¿Alguien me tocó antes de que pudiera hablar? ¿Quién me tenía antes de saber que era un yo? Para que me gustaría ese toque una y otra vez Sin saber quién o por qué o de dónde vino?