Sexto Aurelio Propercio. (50 a.C.-15 a.C.). Nació en Umbria. Perteneció a una familia acomodada. Abandonó la carrera política para dedicarse a la Poesía. La mayor parte de sus datos biográficos son tomados de sus versos. Vivió la época de oro de la Poesía Latina.
La paz es un dios amoroso Los enamorados adoramos la paz, crueles batallas sólo tengo con mi amada Mi corazón ni bebe de ricas gemas, ni es prisionero del oro. Y aunque sea pobre no me sirvo Corinto, del bronce de tu ruina. Oh tierra infeliz, modelada por Prometeo, quien descuidó la obra del corazón; al diseñar el cuerpo, no previó con su arte el espíritu: el recto camino del alma debió ser lo primero. Ahora el viento nos lanza a la inmensidad del mar y al enemigo buscamos y anudamos a las armas otras armas. No transportarás riqueza alguna a las ondas de Aqueronte, desnudo serás llevado a la barca infernal. El vencedor se mezclará a la par con sus vencidas sombras. La mejor muerte es la que llega, de manos del destino. Me deleita haber frecuentado en mi primera juventud el monte de las musas y encadenar mi mente con abundante Baco, y tener siempre la cabeza ceñida con la rosa primaveral. Cuando la pesada edad ponga obstáculos a Venus y la blanca senectud cubra mi cabellera, me dedicaré entonces a aprender las leyes de la naturaleza: que Dios gobierna con su sabiduría esta casa del mundo. Por donde viene la luna por donde se pone y como llega plena cada mes tras recoger sus cuernos. Porqué los vientos dominan sobre el mar. Que trata de apresar el Euro con su soplo y de donde llega a las nubes perpetuamente el agua. Porqué bebe el arco iris las aguas de la lluvia porqué se reúne en fuego espeso el coro de las pléyades o porque el abismo del mar no rebasa sus límites. Yo quiero para mi vida este final. Ustedes para quien son más gratas las armas, devuelvan a la patria los estandartes de Craso