Cristina Peri Rossi, este 10 de noviembre de 2021 resultó ganadora del Premio Cervantes. El jurado destacó en Cristina Peri Rossi: «la trayectoria de una de las grandes vocaciones literarias de nuestro tiempo y la envergadura de una escritora capaz de plasmar su talento en una pluralidad de géneros». «la literatura de Cristina Peri Rossi es un ejercicio constante de exploración y crítica, sin rehuir el valor de la palabra como expresión de un compromiso con temas claves de la conversación contemporánea como la condición de la mujer y la sexualidad». Por último, el jurado destaca que, la obra, de Cristina Peri Rossi que es un «puente entre Iberoamérica y España, ha de quedar como recordatorio perpetuo del exilio y las tragedias políticas del siglo XX».
DIÁSPORA Con la túnica larga que le compraste a un marroquí en Rabat y ese aire dulce e impaciente que arrastras por la plaza las sandalias sobre el polvo el pelo largo bajo la túnica nada si se puede llamar nada a tu cuerpo quemado por los soles de Rabat más la pasión que despertaste en un negro en las calles de Cadaqués que no son calles sino caminos de piedra y olímpica te sentaste en el bar hippie rodeada de tus amigos de túnicas y pelos largos a beber oporto y fumar hashis ah qué melena te llovía sobre los hombres esa tarde en Cadaqués con aquellas ropas que desafiaban las normas pero eran otras normas las normas de la diferenciación de acuerdo cambiemos un burgués por otro ah qué túnica arrastrabas sobre las piedras peregrinación como aquella solamente Jesucristo la emprendiera Nada tenía que hacer en Cadaqués más que mirarte a los ojos mientras tú viajabas en hashis en camellos casi blancos de largas pestañas que acariciaban como los ojos de una doncella sé que te gustan las mujeres casi tanto como los negros casi tanto como los indios casi tanto como te gustan las canciones de Bárbara yo no tenía nada que hacer en Cadaqués más que seguirte la pista como un perro entrenado buscarte calles empinadas casas blancas el sol del Mediterráneo viejo sol cálido sol ah no me mires así te perdí en Rabat te busqué en lancha pequeño Cadaqués las niñas pálidas que fuman hashis y pasean en camellos de largas pestañas en el maldito bar de hippies no me dejaron entrar juré que no tenía cuenta bancaria es cierto ¿Cómo explicarles el azar? No tengo auto no tengo televisor no tengo acciones ni crédito bancario por casualidad el viento me trajo a Cadaqués estoy buscando a la niña de la túnica larga la que se pasea por las calles como Jesucristo y va dejando atrás negros borrachos amigos muertos y un roce de sandalias Tus amigos no me dejaron entrar a la boit el agua había caído toda la tarde me preocupé por tu pelo tu cabello mojado hay que ser cuidadoso me desvelo por ti el campanario dio otro cuarto ¿estarías escondida en el confesionario? Ah Bárbara no me mortifiques deja a esa niña en paz quiero verla caminar por Cadaqués y tener un estremecimiento de címbalo vibrar en el aire como el agudo de un vaso Ah Mediterráneo suelta esa niña déjala bogar en mi memoria su fascinación de túnica pálida el silencio que envuelve su paseo por las plazas la fricción de sus sandalias suavemente sobre el polvo convienen más a mi memoria que a tu historial de aguas En Cadaqués un pájaro negro se paseaba tan negro como un cuervo tan gris como el reflejo del Mediterráneo en las ventanas aquella tarde que llovía en Cadaqués y con paso ligero pero digno con velocidad y nobleza -sin dejar caer los tules ni los chales como reinas que huyen majestuosamente las lanchas volvían de sus citas al amarradero de la playa Y mientras te buscaba observé que el famoso altar de la iglesia era un poco recargado un problema de formas excesivamente hinchadas un embarazo eterno algo dificil de largar Demasiado oro para mi mientras sólo dos viejas comulgaban y una pareja de hippies observaba la ceremonia con delectación no exenta de ironía -una cultura de rituales y maldito sea ¿es que no se te había ocurrido refugiarte en la iglesia en el altar mayor recargado de oro y púrpura esa tarde que llovía en Cadaqués, protegiéndote de la tramontana'! De modo que salí justo a tiempo para escuchar que desde un lugar salía una música salía una música que te juro no era Bárbara cantando A peine una música y un cantor que venían de lejos de un país que tú no conocías y era mi país el país abandonado en diáspora el país ocupado por el ejército nacional una música y un cantor que yo había escuchado en mi infancia que no fue una dorada infancia en Cadaqués con paseos en bote -Maree! Proust pesca submarina y Bárbara ya no perseguía a la niña de túnica larga y tuve frío por primera vez en Cadaqués y cuando alguien me habló en francés le contesté hijo de puta y cuando vi a dos hippies abrazados les grité hijos de puta y cuando una holandesa me preguntó algo mostrándome un mapita en su delicada mano le dije hija de puta y ya no estabas en Cadaqués, lo juro, todas las túnicas eran túnicas sucias y nadie usaba sandalias y me son indiferentes todas las mujeres todas las tierras todos los mares, Mediterráneo, poca cosa, Cadaqués, piedra sobre piedra, tú nada más que una niña viciosa.