Marie Howe, nos comenta sobre las clases que imparte a sus alumnos sobre Eco Poesia.
Marie Howe
Conocí a Marie Howe por su libro: “Lo que hacen los vivos” publicado en Caracas por Luna Nueva, Unimet. Un libro que nos lleva a los hilos de la enfermedad y muerte de un ser amado (su hermano) pero que nos anuda sutilmente a la transparencia e inicio que tiene toda tiniebla. Cuando en 2014 fui a Los Estados Unidos quise conocerla. Nos cruzamos un par de mails e hicimos una cita, necesitaba grabarla para La maja desnuda. Nos esperó, (yo estaba con Marisela Valero) sentada en las escaleras de la entrada de su edificio, sentí que su pelo se extendía por todo el vecindario, pensé; qué bella foto, pero nunca la tomé, Marie Howe sostenía un cuaderno y escribía ajena al mundo. Llevaba un vestido negro, con un sweater gris largo hasta abajo, muy elegante, un par de pulceras, y ese aire de conexión invisible con el mundo, nos reconocimos enseguida, nos saludamos afectuosamente, y comenzamos a subir por unas escaleras hasta su apartamento, era un privilegio que nos recibiera en su casa, sobre todo para mi, que salvo en películas no había entrado nunca a una casa en Nueva York. Una luz muy cálida iluminaba su hogar de paredes y muebles blancos, pocos cuadros, una lámpara de pie, sobre su mesa algunos libros de historia de las religiones, un poemario y una fotografía del poeta Stanley Kunitz, su laptos, más libros y su mascota siempre a su ladoy silenciosa; un poodle también blanco. En el cuarto contiguo su hija dibujaba y hacía tareas en el piso. Le entregué la versión venezolana de “Lo que hacen los vivos” estaba feliz, no lo conocía, le encantó a juzgar por su amplia sonrisa, le comenté el impacto de su libro en Caracas, revisó muy atenta la selección y se detuvo en una palabra; buhardilla, qué quiere decir buhardilla? preguntó, pues se trataba del título de su poema “El ático” quería saber el lugar y el viaje de esta palabra hasta su poemario (los poetas son los dueños de todas las palabras). Hablamos de un monumento a Whitman en NY, me preguntó por poetas latinoamericanos, anotó a Blanca Varela a Cadenas y a Drummond de Andrade. Le pregunté por sus poetas; muy difícil, me dijo, son muchos, a ver: Whitman, Dickinson, Rilke, Shakespeare, Robert Frost, Neruda; mis contemporáneos; Brenda Hillman, Mark Doty, Sharon Olds, y seguía buscando… (miró hacia su mesa y recitó el nombre del libro que ahí estaba: Stanley Kunitz, Stanley Kunitz, Stanley Kunitz. Luego con su voz pausada que ordena los cielos y dilata el viento sobre las ramas que están cerca de su ventana, comenzó a leer sus versos. Muy amable y cordial fue este encuentro, al momento de irnos, comenzó a caer una lluvia muy tenue, nos obsequió un paraguas, y nos despedimos como quien se va a encontrar en breve. Nidia Hernández.