Anne Carson

Anne Carson. Canadá, 1950. Poeta, Ensayista y Profesora de Literatura. Vive en Montreal. Poemarios: Autobiography of Red: A Novel in Verse, Knopf (New York, NY), 1998. The Beauty of the Husband: A Fictional Essay in Twenty-nine Tangoe. Lumen en 2003, publica: La belleza del marido, un ensayo narrativo en 29 tangos.  

Por fuera su vida era buena

Números comparativos: 1874, Kant tenía
55 libros, Goethe 2.300, Herder 7.700.
Ventanas: Kant tenía una ventana en el dormitorio
que, para mantener alejados a los insectos,
siempre estaba cerrada. Las ventanas de su estudio daban al
jardín en cuyo extremo estaba la cárcel
de la ciudad. En verano, las canciones
del coro de los reclusos entraban. Pidió
que el canto fuera sotto voce y con las ventanas cerradas.
Kant tenía amigos en
el ayuntamiento y se le cumplió el deseo.
Tolstoi: Tolstoi pensaba que si Kant no
hubiese fumado tanto la Crítica de la
Razón Pura se hubiera escrito en un
idioma que se pudiera entender (de
hecho, fumaba una sola pipa a las cinco
de la mañana).
Números: Kant nunca cenaba solo. Era
malo para el espíritu. Según la moda de la
época, los invitados no debían ser más
que las Musas ni menos que las Gracias.
Kant tenía seis lugares.
Sensualismo: la cena preferrida de Kant
era el bacalao.
Regular tu naturaleza: Kant respiraba
sólo por la nariz.

*****

Aquí es donde hacemos los negocios limpios

ahora vayamos por el corredor al cuarto oscuro

donde de verdad gano dinero

Quieres ver cómo iban las cosas desde el punto de vista del marido:

Vayamos a la parte de atrás,

allí está la esposa

de brazos cruzados y encarando al marido.

Lágrimas no le está diciendo él, no más lágrimas.

Pero siguen cayendo.

Lo está mirando.

Lo siento dice él. Me crees, verdad.

Mirando.

Nunca quise hacerte daño.

Mirando.

Esto es trivial. Parece Beckett. ¡Di algo!

Creo que

tu taxi ya está aquí dijo ella.

Él miró afuera. Tenía razón. Le hirió

el patetismo de su fino oído.

Ahí estaba ella una persona con rasgos particulares,

un cierto tipo de corazón, vida latiendo en ella a su manera.

Le hace señas al taxista, cinco minutos.

Sus lágrimas han cesado.

¿Qué hará cuando me haya ido? se pregunta él.

Su noche. Se le cortó el aliento.

Su extraña noche.

Bueno dijo él.

Sabes empezó ella.

Qué.

Si pudiera matarte tendría que volver

a hacer otro exactamente igual a ti.

Por qué.

Para contárselo a.

La perfección se posó en ellos un instante

como la calma sobre un lago.

El dolor permaneció.

La belleza no permanece.

El marido tocó la sien de su mujer

y dio media vuelta

y bajó

corriendo

las

escaleras.

Traducción: Ana Bacciu